El crecimiento de una operación logística puede poner a prueba la capacidad de sus espacios. En este contexto, aplicar estrategias evaluativas es fundamental para determinar si realmente se necesita ampliar el almacén o si basta con optimizar el espacio ya disponible.
La percepción no siempre es la realidad
Una de las primeras señales de alerta suele ser la sensación de congestión. Sin embargo, esa percepción no necesariamente implica que falta espacio. Con una revisión meticulosa del inventario, la disposición de estanterías y los flujos operativos, es posible descubrir oportunidades de mejora escondidas a simple vista.
La clave está en cómo se usa el espacio
En una consultoría reciente, visitamos una empresa que enfrentaba este dilema. Aplicando estrategias evaluativas, se identificó que el 40% del volumen ocupado estaba mal distribuido. Simplemente reorganizando por frecuencia de rotación y utilizando estanterías más altas, se liberó suficiente espacio para postergar una ampliación costosa.
Datos, no suposiciones
Las decisiones acertadas nacen de datos. Un análisis de KPIs logísticos —como la tasa de rotación, el tiempo promedio de picking o el índice de ocupación volumétrica— permite entender si el espacio está siendo aprovechado eficazmente. Este enfoque revela áreas que pueden mejorarse antes de tomar decisiones estructurales.
Tecnología como aliada
El uso de software de gestión de almacén (WMS) proporciona visibilidad total del inventario y facilita una redistribución lógica del mismo. La automatización en la recolección de datos y el monitoreo constante son aliados clave dentro de cualquier conjunto de estrategias evaluativas.
Evaluar antes de expandir
Ampliar el espacio puede ser necesario en algunos casos, pero siempre debe ser la última opción. Optimizar el existente no solo representa un menor costo, sino que también implica menos disrupción en las operaciones diarias. A menudo, la solución está en rediseñar, no en construir.
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